Igual que la noche de la embriaguez,igual fue la vida.¿Qué hice?, ¿que tengo entre las manos?Sólo desear, desear, desear,ir detrás de los sueños igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos.

martes, noviembre 08, 2005

Un cuento que escribí

"Bajo el puente"
Llevo más de media hora bajo este puente y no la he visto. Desde hace dos meses la vi por primera vez accidentalmente cruzando la calle. Yo, iba en sentido contrario a ella y justo a mitad de la calle fue cuando volteé y pasó junto a mi, sus cabellos finamente largos y negros rozaron mi cara, lo que me ocasionó un ligero cosquilleo, di un paso más y fue cuando una fragancia me envolvió y no me dejó pensar más, me desconectó de mi mismo y di media vuelta sin darme cuenta y fui arrastrado por tan exquisito aroma. En realidad no percibía ningún perfume ni algo por el estilo, era un aroma que salía de ella y me extasiaba como jamás me había ocurrido.
Iba tras de ella como un zombi, con la mirada perdida hasta que sentí de nuevo el cosquilleo que me hacían sus cabellos, este cosquilleo parecían mil hormigas y yo el hormiguero; un cabello suyo me heló, me hizo estremecer y volver a la realidad, fue cuando la perdí de vista, aunque corrí y la busque por las calles más cercanas no volví a oler su aroma.
En fin, me resigne solo por un rato, ya que al día siguiente decidí volver al punto de encuentro para esta vez no perderla, cruce la misma calle pero ahora en el sentido en el que ella iría, pero jamás apareció.
Comencé a creer que lo de el día anterior había sido una alucinación, aunque yo sabía que no era así; tras mi desilusión seguí caminando para tratar de recordar el camino por donde su aroma me había conducido y llegue al puente viejo de la ciudad, miré hacia arriba y no se si fue suerte, casualidad o el destino, pero ella lo iba cruzando, sus cabellos negros volaban como plumas en el aire, mis piernas comenzaron a correr y a subir el puente.

La seguí esta vez sin perderla de vista, entró a un café y yo la observaba desde fuera por el vitral, en realidad no era hermosa pero era su aroma lo que inevitablemente me atraía a ella, era como un embrujo, algo más fuerte que yo, como si me convirtiera en una marioneta y su aroma fueran los dedos que me manejaban a su antojo. Me sentía libre y a la vez esclavizado, sentía que volaba pero ella me conducía. No podía ver más allá, no podía pensar más que en ella.
En las noches me atormentaba en mis sueños y sin embargo no podía dejar de observarla, de olerla, de seguirla. La observaba a través del vitral del café, parecía que no tenía voz, siempre callada con la boca cerrada y los ojos abiertos, leía un cuento sin fin y no esperaba a nadie; sus ojos siempre tristes parecían esconder algo, parecían llorar lágrimas secas, sus labios descoloridos, cerrados y en segundos entre abiertos parecían gritarle al viento con esa voz que nadie ve y que yo a penas comenzaba a darle color. No podía apartar mis ojos, ni siquiera parpadear, sentía que ella absorbía mi fuerza, seguía aún parado, inmovilizado observando que para el mundo ella era invisible, como un suspiro perdido, como yo lo era para ella. Jamás me miro, jamás miro a alguien y tal vez yo era el único que la miraba, tal vez me había vuelto invisible o me encontraba en un plano paralelo desde que había cruzado la calle en sentido contrario. No sabía quien era ella y comencé a olvidar quién era yo, era como si me hubiera golpeado en la cabeza y solo recordara que tenía que mirarla sin importarme nada; como si viviera encapsulado en mi mundo interno que era ella.

Día tras día hacía lo mismo, ni yo mismo logro comprender por que lo hacía, por qué nunca me acerque, por qué ya no tenía vida, deje de trabajar, de hacer mis “obligaciones”, a penas si me acordaba de comer, parecía un vagabundo, desde que la había vuelto a encontrar no paraba de seguirla, no pude regresar a mi casa, ni a cambiarme de ropas o asearme, no volvía a recordar nada, vivía solo para mirarla, como un completo estúpido, parecía que hasta se me había olvidado hablar, y hasta ciego me había vuelto ya que no reconocía a las personas que a mi lado pasaban, tan solo percibía el olor de aquella mujer y era a lo único que podía mirar, su estela tenía unos brazos invisibles que me aprisionaban día tras noche, noche tras hora, que para mi, el día y la noche eran la misma cosa.
Por las noches me quedaba esperándola en la esquina de donde vivía o más bien llegaba a dormir, y por las mañanas salía radiante y fresca como nunca y volvía a despertar de nuevo en sus garras sin que ella lo notara por un segundo. Me iba corriendo por un atajo mientras ella entraba siempre a una tienda y no tardaba más de dos minutos en salir; yo tenía el tiempo contado para llegar bajo el puente y verla pasar por arriba de el.

Una mañana desperté muy tarde, su olor esta vez no había abierto mis dos puertas cristalinas que solo a ella contemplaban siempre, tal vez ya había salido de su casa y no me había dado cuenta, no lo sé, pero comencé a sentir paranoia, una gran desesperación y un miedo enorme. Me sentí más solo que nunca, comencé a buscarla como loco, por días y noches enteras, me quedaba bajo el puente esperando su llegada y jamás he vuelto a cerrar los ojos esperando verla pasar.
Me quedaba esperándola en frente de su casa y tampoco llegó. No podía comprender en que parte se me perdió, qué fue de ella; ahora yo estaba perdido, igual que ella, quizás cada uno se encontraba en mundos paralelos, pero para mi ya nada tenía sentido, subí aquel puente donde aquella niña me había hechizado y salte sin darme cuenta pues era como si viviera muerto.
Jamás volví a saber de ella; tal vez estaba loco y era una creación de mi mente, pero al caer al agua, pude ver su libro en el fondo del lago.

Autor: VBrandG. (yo)
Fecha: 22/octubre/2003
Concurso literario. Mención Honorífica

4 Comments:

At noviembre 09, 2005 10:07 a.m., Blogger ZPONCH said...

Mmmm... ¿que otros talentos tienes que yo no conozca Violet? ¿eres una caja de sorpresas acaso? muy bien, me gusto el cuento... pero estoy curioso...¿porque siempre en los finales de tus escritos me quedo con la boca abierta? no se, primero con un mail, ahora con el cuento... eso me gusta, tanto el final optimista como el que me deja: que triste final pero... hey esperen un momento... ¿pero que?...ja ja ja ja sigue asi y no te preocupes ya ando promocionando tu Blog.

Saludos.

 
At noviembre 15, 2005 1:48 a.m., Blogger monica o. said...

Dios, me vas a odiar!!!! (más por las alabanzas anteriores)... bueno soy Mónica (vamos a suavizar un poco el asunto, comenzando con las presentaciones), Emmanuel, nuestro blogstar de cabecera, me dijo acerca de tu blog (como ves su labor publicitaria esta redituando), y lo ví y me causo gracia tu blog de "aberración de la naturaleza"... jejeje, conozco algunas... no presisamente invertevradas... pero bueno, entrando en materia... no soy crítica literaria, ni mucho menos; pero a mi me parece que puedes mejorar tu cuento, en esencia es bueno, pero siento que el apendejamiento del tipo lo redundas mucho, al menos a mi me quedó claro desde el parrafo 3 que el tipo moría (literalmente) por la chica... sin embargo no puedo contener la sensación de que le faltó algo al cuento... vamos, hablas de un suicidio, de una desesperación y desesperanza tal, que al no tener al objeto de amor, le ahoga tanto ese sentimiento que ve como única salida la muerte... pero ese paso, entre decidir vivir o morir es el más angustiante, es de donde puedes obtener más y mejor material para tu escrito, y no lo abordas claramente en el cuento, y esto me parece importante ya que el narrador es el mismo chavo suicida... si narrara alguien más, no haría falta (al menos no tanta) que ahondaras en el asunto... el final estuvo bien, se sintió como esas mañanas siguientes a una megapeda, en las que no sabes si lo que recuerdas en verdad sucedió o sólo lo alucinaste, más por los vestigios que deja a su paso (en este caso el libro)... Violeta, no me tomes este desplegado como ofensa o crítica en mala onda, lo digo para que tomes lo que te sirva (si es que encuentras algo) y lo demás lo mandes directo y sin escalas al sanitario (retrete, inodoro, etc.)... un saludo y no dejes de escribir...

P.D. la paranoia es una sensación de persecusion, que si bien lleva angustia, no es su esencia...

 
At noviembre 17, 2005 11:14 a.m., Blogger Julie said...

no me ofende ni me halaga puesto que ni tu ni yo somos escritoras ni críticas profesionales, tu estudias psicologia me parece y yo contabilidad, zaz, pero se agradece tu atención, yo escribo para mi, en ningún momento deje claro algo, presisamente es lo que pretendo, dejar todo a la insertidumbre a la interpretación personal y yo no quise dejarte claro desde el tercer parrafo que moria de amor por ella, por que NO MORIA DE AMOR POR ELLA, en fin, se cumplió mi objetivo y espero que cada quién le de el sentido y significado que quiera pero que lo disfrute. lo escribí cuando tenia 17 años y a mi me sigue gustando tal cual, aunque sigo agradeciendo y escuchando comentarios al respecto tanto tuyos como de maestros y varias personitas. saluditos y gracias de nuevo (te lo quiero dejar bien claro) por tomarte la molestia en comentar y escribirme. bye

 
At diciembre 01, 2005 2:41 a.m., Blogger Penano said...

A mi sí me agrado el cuento, ya estaba empezando a pensar qué opinar, pero me cambiaste de parecer, el cuento es perfecto así como está.
Ya hablando en serio, está interesante el cuento, nomás me deprimió descubrir mi ignorancia literaria :s al comienzo pensé que iba a ser como una fábula o algo así...
La neta me gustaría tener un tercio de tu habilidad escritoril, me tienes todo traumado :p

 

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